Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Ciclo BLectionary: 168Primera LecturaLectura del libro del Éxodo 24, 3-8
En aquellos días, Moisés bajó del monte Sinaí y refirió al pueblo todo lo que el Señor le había dicho y los mandamientos que le había dado. Y el pueblo contestó a una voz: “Haremos todo lo que dice el Señor”.
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano, construyó un altar al pie del monte y puso al lado del altar doce piedras conmemorativas, en representación de las doce tribus de Israel.
Después mandó a algunos jóvenes israelitas a ofrecer holocaustos e inmolar novillos, como sacrificios pacíficos en honor del Señor. Tomó la mitad de la sangre, la puso en vasijas y derramó sobre el altar la otra mitad.
Entonces tomó el libro de la alianza y lo leyó al pueblo, y el pueblo respondió: “Obedeceremos. Haremos todo lo que manda el Señor”.
Luego Moisés roció al pueblo con la sangre, diciendo: “Ésta es la sangre de la alianza que el Señor ha hecho con ustedes, conforme a las palabras que han oído”.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Salmo 115, 12-13. 15 y 16bc. 17-18
R. (13) Levantaré el cáliz de la salvación.
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Levantaré el cáliz de la salvación,
e invocaré el nombre del Señor.
R. Levantaré el cáliz de la salvación.
A los ojos del Señor es muy penoso
que mueran sus amigos.
De la muerte, Señor, me has librado,
A mí, tu esclavo e hijo de tu esclava.
R. Levantaré el cáliz de la salvación.
Te ofreceré con gratitud un sacrificio
e invocaré tu nombre.
Cumpliré mis promesas al Señor
ante todo su pueblo.
R. Levantaré el cáliz de la salvación.
Segunda Lectura
Lectura de la carta a los Hebreos 9, 11-15
Hermanos: Cuando Cristo se presentó como sumo sacerdote que nos obtiene los bienes definitivos, penetró una sola vez y para siempre en el “lugar santísimo”, a través de una tienda, que no estaba hecha por mano de hombres, ni pertenecía a esta creación. No llevó consigo sangre de animales, sino su propia sangre, con la cual nos obtuvo una redención eterna.Porque si la sangre de los machos cabríos y de los becerros y las cenizas de una ternera, cuando se esparcían sobre los impuros, eran capaces de conferir a los israelitas una pureza legal, meramente exterior, ¡cuánto más la sangre de Cristo purificará nuestra conciencia de todo pecado, a fin de que demos culto al Dios vivo, ya que a impulsos del Espíritu Santo, se ofreció a sí mismo como sacrificio inmaculado a Dios, y así podrá purificar nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, para servir al Dios vivo!Por eso, Cristo es el mediador de una alianza nueva. Con su muerte hizo que fueran perdonados los delitos cometidos durante la antigua alianza, para que los llamados por Dios pudieran recibir la herencia eterna que él les había prometido.Palabra de DiosSecuenciaAl Salvador alabemos,que es nuestro pastor y guía.Alabémoslo con himnosy canciones de alegría.Alabémoslo sin límitesy con nuestras fuerzas todas;pues tan grande es el Señor,que nuestra alabanza es poca.Gustosos hoy aclamamosa Cristo, que es nuestro pan,pues él es el pan de vida,que nos da vida inmortal.Doce eran los que cenabany les dio pan a los doce.Doce entonces lo comieron,y, después, todos los hombres.Sea plena la alabanzay llena de alegres cantos;que nuestra alma se desbordeen todo un concierto santo.Hoy celebramos con gozola gloriosa instituciónde este banquete divino,el banquete del Señor.Ésta es la nueva Pascua,Pascua del único Rey,que termina con la alianzatan pesada de la ley.Esto nuevo, siempre nuevo,es la luz de la verdad,que sustituye a lo viejocon reciente claridad.En aquella última cenaCristo hizo la maravillade dejar a sus amigosel memorial de su vida.Enseñados por la Iglesia,consagramos pan y vino,que a los hombres nos redimen,y dan fuerza en el camino.Es un dogma del cristianoque el pan se convierte en carne,y lo que antes era vinoqueda convertido en sangre.Hay cosas que no entendemos,pues no alcanza la razón;mas si las vemos con fe,entrarán al corazón.Bajo símbolos diversosy en diferentes figuras,se esconden ciertas verdadesmaravillosas, profundas.Su sangre es nuestra bebida;su carne, nuestro alimento;pero en el pan o en el vinoCristo está todo completo.Quien lo come, no lo rompe,no lo parte ni divide;él es el todo y la parte;vivo está en quien lo recibe.Puede ser tan sólo unoel que se acerca al altar,o pueden ser multitudes:Cristo no se acabará.Lo comen buenos y malos,con provecho diferente;no es lo mismo tener vidaque ser condenado a muerte.A los malos les da muertey a los buenos les da vida.¡Qué efecto tan diferentetiene la misma comida!Si lo parten, no te apures;sólo parten lo exterior;en el mínimo fragmentoentero late el Señor.Cuando parten lo exterior,sólo parten lo que has visto;no es una disminuciónde la persona de Cristo.El pan que del cielo bajaes comida de viajeros.Es un pan para los hijos.¡No hay que tirarlo a los perros!Isaac, el inocente,es figura de este pan,con el cordero de Pascuay el misterioso maná.Ten compasión de nosotros,buen pastor, pan verdadero.Apaciéntanos y cuídanosy condúcenos al cielo.Todo lo puedes y sabes,pastor de ovejas, divino.Concédenos en el cielogozar la herencia contigo. Amén.Aclamación antes del EvangelioJn 6, 51R. Aleluya, aleluya.Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor;
el que coma de este pan vivirá para siempre.R. Aleluya.Evangelio Lectura del santo Evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26El primer día de la fiesta de los panes Azimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le preguntaron a Jesús sus discípulos: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?” Él les dijo a dos de ellos: “Vayan a la ciudad. Encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo y díganle al dueño de la casa en donde entre: ‘El Maestro manda preguntar: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?’ Él les enseñará una sala en el segundo piso, arreglada con divanes. Prepárennos allí la cena”. Los discípulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jesús les había dicho y prepararon la cena de Pascua.Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen: esto es mi cuerpo”. Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias, se la dio, todos bebieron y les dijo: “Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. Yo les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”.Después de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos.
Palabra del Señor
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